La Plaza de San Marcos, cuyos orígenes se remontan al siglo IX, es desde siempre el centro de la vida de la ciudad. Escenario de fastuosas ceremonias civiles y religiosas durante la época de la República Serenissima, actualmente es lugar visitado por miles de turistas.
La Basílica de San Marcos es un monumento único por la riqueza de su historia la majestuosidad de su fachada y de su interior, espléndido taller donde han trabajado durante siglos grandes artistas italianos y europeos.
Palacio Ducal: Residencia histórica de los Dux, y una de las más altas instituciones de la República de Venecia. El edificio, levantado sobre precedentes estructuras entre los siglos XIV y XV, remozado y reacondicionado a lo largo de los siglos es, por su monumentalidad y su esplendor, el símbolo arquitectónico del buen gobierno de la Serenissima.